La menopausia es un momento importante y significativo en la vida de las mujeres. Se relaciona con la aparición de una insuficiencia ovárica y atresia folicular. Se caracteriza por el cese permanente de la menstruación. Se asocia directamente con el envejecimiento y la pérdida de la fertilidad. La menopausia ocasiona una sintomatología que afecta a la mujer en aspectos bio-psico-sociales. Existe una amplia variedad de síntomas. La mayoría asociados a los cambios en el perfil hormonal: vasomotores (sudores, sofocos, palpitaciones, hipertensión, etc.). Psíquicos (depresión, ansiedad, insomnio, etc.). Y alteraciones metabólicas (obesidad, neuralgias, alteraciones cardiovasculares, osteoporosis, etc.), entre otros.
Además, los cambios hormonales que ocurren en la menopausia pueden contribuir a una mayor acumulación de tejido adiposo. Principalmente en la zona abdominal, por lo que aumenta el riesgo de desarrollar obesidad.
La actividad física es una de las estrategias más utilizada entre los distintos tratamientos no farmacológicos disponibles. Para aliviar los síntomas de la menopausia se recomienda en mujeres posmenopáusicas para el mantenimiento de la salud. Demostrando ser eficaz en la reducción de síntomas psicológicos, psicosomáticos y vasomotores que ocurren durante la menopausia. En mujeres posmenopáusicas la actividad física reduce el riesgo potencial de fracturas osteoporóticas. Reduce el riesgo de desarrollar obesidad y contribuye a la pérdida de peso. Puedes consultar pinchando aquí los algunos de los estudios científicos que así lo corroboran.
Actualmente, los resultados de numerosos estudios muestran que la realización de una actividad física moderada y vigorosa es un factor de protección en el desarrollo de obesidad y sobrepeso en mujeres posmenopáusicas
El Colegio Americano de Medicina del Deporte (The American College of Sports Medicine (ACSM)) recomienda la realización de 30 minutos de actividad física de intensidad moderada cinco veces a la semana o 20 minutos de intensidad vigorosa tres veces a la semana.
Los síntomas más frecuentes son sofocos, insomnio e incremento de peso. Piensan que la osteoporosis no está relacionada con la menopausia, además el 90% sufre dolor de huesos.
De hecho, las terapias hormonales como tratamiento de los síntomas vasomotores se asocian potencialmente con algunos efectos negativos sobre la salud, por lo tanto cada vez es más importante identificar tratamientos no farmacológicos. El ejercicio físico es una de las opciones estudiadas más económicas, beneficiosas para la salud y con probabilidad de ser un tratamiento efectivo en el tratamiento de los síntomas vasomotores asociados a la menopausia. Para saber más pincha aquí.
Es muy recomendable realizar de ejercicio aeróbico durante 1 hora, mínimo cuatro veces por semana. La mayoría de las mujeres menopáusicas presentó ganancia de peso corporal, observándose en los primeros años de la misma el mayor impacto del aumento de peso. La ganancia ponderal fue independiente del consumo calórico realizado, ya que la media ingiere unos 1.300kcal. al día. Más infromación aquí.
Por consiguiente, los cambios propios con la llegada de la menopausia son:
Finalmente, el aumento de la osteoporosis y la obesidad como problema de salud pública en todo el mundo se debe en parte a un aumento real de su incidencia. Factores como la dieta y la actividad física son muy importantes. Cada día lo seres humanos nos hacemos más sedentarios: hemos reemplazado el caminar por el automóvil, la actividad física y deportiva se ha visto disminuida en favor de pasatiempos pasivos, y actividades que requerían el empleo de fuerza muscular se han visto reemplazadas por máquinas.
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